Cuando se acaban las palabras...


Hay silencio en mi habitación esta tarde... Eh decidido que nada me estorbe. Hoy sólo quiero dedicarme a vos...

Respiro profundo; y puedo sentirte. Tu dulzura perfuma mi cuarto... Todo se moldea para vos...

Nos sentamos en el suelo, estoy frente a tu presencia. Y en mi mente pienso que decirte, pero mi corazón bloque mis pensamientos. Mi espíritu me advierte que se han acabado las palabras.

Padre, no sé que decirte, no hay vocablo capaz de expresarte lo que siento... Pero mi corazón tiembla, y empiezo a recordar que llevaste mi herida en tu corazón.

Ahora es que me doy cuenta que no importa cuanto quiera decirte, y cuánto no sepa como expresarlo, porque mi esencia y tu espíritu se han vuelto uno solo... Muestra sublime de tu amor siento en ese momento!

Y me postro, y dejo mi orgullo de lado. Todo lo que tenga que hacer por un minuto en tu presencia lo haría una y mil veces.

Nací para adorarte, mi alma clama cada segundo por tu nombre. Sos vos lo que siempre necesite. Mis vacíos tenían tu nombre tatuado.

Cada célula de cuerpo fue comprada por tu sangre. Lo diste todo por mi; y ahora yo daré todo por vos.
Mis dones, mis talentos, mis virtudes y aún defectos están a tus pies. Te doy todo, porque nada tendría sentido de no ser porque me diste tu mano cuando más te clame.
Muchas veces te he dicho: Señor! estás tarde otra vez! Y es ahí cuando tu abrazo me sujeta fuertemente, y entiendo que es en tu tiempo no en el mío.

Tus pensamientos y los míos difieren, porque sos simplemente perfecto; y yo la más imperfecta entre las mujeres.
Puedo ver tu rostro en la oscuridad de esta tarde; puedo sentir como tus manos tocan las mías... ¿Sabes algo? Quisiera que este momento no acabara nunca, porque has palpado mi vida en tu corazón. Te amo mi Señor, ya no tengo palabras, no tengo nada más que entregarte que no te haya dado antes, pero pongo mi vida en tus manos.Sólo me queda el alma, que se ha convertido en tu sonrisa. Yo no merezco nada, aún así me dejas escuchar tus latidos en el cielo. Tan grande es tu misericordia que me dejás soñar con tus esperanzas.. Sos mi vida, mi amante perfecto; el príncipe que me vistió con trajes de seda y me ha sacado a bailar. Contigo danza mi ser, es a ti a quien busco en mis tristes madrugas. Y te encuentro y todo deja de ser melancólico. Eres mi alegría, mi paz, mi dulce refugio en medio de las tormentas de esta realidad. Se acaban las utopías cuando te miro. Te necesito, porque si te vas se irá la ilusión tambien.

Amo mirar tu tierna sonrisa. Hoy agradecida estoy porque has liberado lo que antes estuvo cautivo...

Gracias, porque mi mentalidad humana llegó hasta cierto punto; y vos fuiste más allá...





1 Response
  1. Pablo Vargas Says:

    Quien puede resistirse ante su presencia. Su abrazo nos envuelve apasionadamente. K lindo texto mi amiga. Definitivamente su prescencia es lo maximo.

    Cuidate, un abrazo!